Nada de nada, es todo

La existencia humana es aterradora y confusa. Unos cuantos miles de años atrás nos volvimos conscientes y cuando esto pasó, nos encontramos a nosotros mismos en un lugar extraño: estaba lleno de criaturas, algunas que podíamos comer y otras que podían comernos a nosotros. Había líquidos que podíamos beber y cosas que podíamos utilizar para hacer más cosas. Este lugar había sido creado especialmente para nosotros: en el cielo había una bola amarilla que calentaba nuestra piel y hermosas luces que iluminaban la más inmensa oscuridad.

Estábamos en casa. Mientras más envejecidos, más aprendimos acerca del mundo y de nosotros mismos: aprendimos que las cosas no están hechas para nosotros sino que simplemente existen, que no somos el centro de lo que ahora llamamos “Universo” y que el mundo es mucho más viejo de lo que creíamos. Aprendimos que estamos hechos de muchas cosas pequeñas que están muertas y que juntas hacen cosas más grandes que, por alguna razón, no están muertas.


Aprendimos que solo somos una etapa de la historia que se extiende billones de años más. Con asombro, descubrimos que vivimos en una roca de polvo que se mueve alrededor de una estrella mediana, en una tranquila región de un brazo de una galaxia promedio que es parte de un grupo de galaxias del que nunca podremos salir y que este grupo es solo uno de miles y que juntos hacen un súper cúmulo de galaxias y que incluso este súper cúmulo es solo uno dentro de los miles que conforman al Universo. El mismo podría ser bazilones de veces más grande pero estos números no sirven de nada: nuestros cerebros no alcanzan a entender estos conceptos.


El tamaño del Universo no es el concepto más difícil de entender, lo es el tiempo, más precisamente el tiempo que tenemos. Si sos afortunado de vivir por 100 años, tenés a tu disposición 5200 semanas; si en este momento tenes 25 años ahora te quedan 3900 semanas de vida, si solo vivís 70 años solo te quedan 2340 semanas restantes. Y luego qué? Tus procesos biológicos se descomponeran y el patrón dinámico que sos dejará de ser dinámico. Se disolverá hasta que no quede nada. No sabemos si hay una parte de nosotros que no puede medirse ni verse así que esta vida podría serlo todo y después no hay nada más. Si cerras los ojos y contás hasta uno,
podrás sentir cómo es la eternidad.


Nos volvimos conscientes de la historia solo para darnos cuenta que no es sobre nosotros y que nosotros solo somos un momento después de millones de años que pasaron y después de millones de años que seguirán pasando.


Los humanos dejaremos de existir en algún punto pero mientras tanto somos parte del Universo tanto como los neutrones de una estrella, una nebulosa o un agujero negro, incluso somos la parte que piensa y siente: los órganos centrales del universo.

Brissiana Graff
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