Alguna vez pusieron atención en que el común de los ciudadanos maneja frases como: Siempre los mismos, todos son corruptos, dejen de robar y hagan algo, vayan a laburar, son todos mentirosos, etc. La mayoría de estas oraciones están destinadas y hacen referencias a nuestra clase política, perteneciente tanto al oficialismo como a la oposición.
Lo cierto es que estamos terminando el 2018 y hace algunos meses muchos están pensando en el 2019, ya que el próximo año volvemos a vivir una maratón de elecciones tanto a nivel Nacional, Provincial y Municipal. Lo que refiere a Nación, los chaqueños no solo elegimos al Presidente sino también a tres Senadores y tres Diputados, dentro de la provincia al Gobernador y dieciséis Diputados, por lo tanto, a nivel municipal nos queda votar a nuestros Intendentes y Concejales, todas con sus respectivas PASO.
Los que estudiamos a la política, a la sociedad y en particular las elecciones de los votantes basamos nuestros diagnósticos en los supuestos que existen respecto a que tienen en cuenta los electores a la hora de ejercer su derecho cívico. Ellas van desde las ideologías, las creencias y afiliaciones a algún partido político, aunque últimamente crecen las teorías que señalan que el alto contenido emocional de las campañas es la pieza clave para la toma de decisiones.
Es por eso que en este artículo me gustaría hacer hincapié en esta última hipótesis, la carga emocional de los spots, pautas y slogans que se utilizan en las campañas electorales, al respecto existen múltiples especialistas que reflexionaron respecto a esto. Se realizaron algunos estudios, entre esos el que realizó el doctor en psicologíay política económica Narciso Benbenaste, quien en conjunto con la Universidad de Lomas de Zamora y la Universidad de Buenos Aires revela que habita un voto infantil en los argentinos que hace que algunas conductas se repitan.
Benbenaste dice que las idealizaciones que venden las campañas políticas son algunas de las culpables de las decepciones de los ciudadanos que los eligieron ya que en ellas se reflejan lo que el elector desea encontrar en sus representantes, pero ¿qué es realmente lo que este busca? Según el teórico se busca una imagen paternalista y protectora capaz de resolver cualquier tipo de conflictos, un superhéroe que sea capaz de luchar contra el hambre, la desocupación, la inseguridad y por supuesto que maneje la inflación, pero a su vez que nos dé bolsines de mercadería, que subsidie la pobreza, que ayude en el pago de pasajes, etc.
Pero ¿Son realmente esas las verdaderas funciones de los políticos? En partes si y por otras muchas partes no, de hecho, una de las principales funciones que tienen es de crear políticas públicas que satisfagan las necesidades del pueblo, pero estas deben respetar una serie de requerimientos, como la de evaluar a quienes van a ir dirigidas las mismas, por lo tanto, después debe planificar, ejecutar y luego controlar.
Lo cierto es que todo ese proceso cuenta con otra variable que es el tiempo y pareciera que la sociedad hoy en día no cuenta con eso, estamos muy acostumbrado a que todo sea instantáneo mientras menos tiempo nos lleve concretar una acción es mejor y por supuesto todo debe apuntar a satisfacer la necesidad individual y no la colectiva, esto también se ve reflejado en nuestras elecciones en los cuartos oscuros.
En apariencias todo nos conduce a pensar que esto es un círculo vicioso ya que los políticos necesitan ser elegidos teniendo en cuenta las pretensiones de su electorado, por lo tanto, necesitan venderse como la mejor opción y parte de eso es crear figuras que realmente no existen, plataformas de gobiernos vacías y ejes de campañas que no se relacionan entre sí. Unos necesitan de otros para poder mantener en equilibrio estas relaciones fagocitarias.
Entonces es hora de preguntarnos, antes de terminar el año, ¿Qué realmente queremos para nuestra sociedad hoy? Lo que queremos hoy, ¿No será el desencadenante de la destrucción del mañana? ¿Qué queremos dejar como legado colectivo en nuestra sociedad? Y los futuros candidatos también deberán pensar acerca de su moral y como quieren ser recordados en la historia, ¿Deben seguir resignando los ideales de democracia, República, bien común y Estado de derecho, con tal de acceder a un cargo?
Dentro de esta línea debemos también recordar que nuestra provincia, en relación a elecciones, vivió un año particular puesto que tuvieron lugar dos elecciones fuera del calendario general dado que Villa Rio Bermejito tuvo la intervención a su municipio, por las causas de corrupción en los que se vio envuelto su Intendente, por otro lado, la defunción del administrador ejecutivo de Colonia Benítez, condujo a sus vecinos a las urnas. Lo que dejó en consecuencia la continuación de los mismos partidos políticos en la conducción de sus jurisdicciones.
Una de estas localidades mencionadas, eligió continuar con un modelo en el cual prima la corrupción, de hecho el Intendente electo también está implicado en ilícitos, en la otra localidad los vecinos llegaban a creer que como había fallecido su Administrador, el que seguía en la línea de sucesión era su hermano, siendo que este no había sido elegido para ocupar ningún cargo. Sumado a esto el Gobernador de la provincia insistió en que no se lleven adelante la elección de Colonia Benítez ya que significaban gastos innecesarios para el gobierno, pasando por sobre la Constitución y la ley de municipios.
Asimismo, los chaqueños fuimos noticias a nivel nacional a lo largo de estos últimos años por diferentes delitos de corrupción que envuelven a varios funcionarios públicos de diferentes partidos políticos, las responsabilidades van desde el máximo mandatario provincial para abajo, las causas tuvieron que ser divididas en partes y todas con un mismo título: “Lavado de dinero”. Lo que nos lleva a preguntarnos, si los ciudadanos tienen razón en hacer los comentarios mencionados al principio, pero ¿No son ellos los que tienen la potestad de elegir cada cuatro años a quienes los representan? Entonces ¿Por qué eligen la misma opción? O ¿Sólo tienen una opción?
Lo cierto es que en apariencias, los ciudadanos tienen en cuenta factores que poco tienen que ver con los conceptos de Democracia, de Institucionalidad o República, pero por otro lado los encargados de conducir al Estado dejan mucho que desear respecto a dichas concepciones. Lo cierto es que es momento de reflexionar respecto a que queremos como sociedad, quizás sea momento de poner punto final a quienes dejaron de lado sus valores, ética y búsqueda del bien común, pero por otro lado también como ciudadanos exigir mayor compromiso, transparencia y eficiencia por parte de nuestra clase política.
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