Economía circular: Nada se pierde, todo se transforma

Seguramente, cuando Antoine Lavoisier lanzó esta frase nunca imaginó que terminaría ocupando el lugar reservado a las sentencias filosóficas, como tantas otras a lo largo de la historia, que le han servido a la humanidad para aplicarlas de manera universal.

O a lo mejor él sí especulo con esa posibilidad. Pero, como ocurre con las reflexiones de las grandes personalidades, el verdadero valor de sus dichos se iría descubriendo con el tiempo. En la medida que el hombre se fuera enfrentando con lo que dicho pensamiento representa.

Vaya uno a saberlo. Lo cierto es que la toma de conciencia por el cuidado del ambiente, cada vez con más fuerza, ocupa el centro de la escena. Ya no se conciben a los recursos naturales como factores que pueden ser sometidos a una explotación irracional, sino de su importancia en términos de sustentabilidad de la especie humana.

Entonces, ¿Qué relación existe entre la frase del principio y lo expresado en último párrafo? Pues bien, antes el crecimiento y desarrollo solo se podía interpretar a partir del uso indiscriminado de los recursos ambientales. Poco se pensaba en los efectos negativos que eso aparejaba en el presente y los perjuicios para las próximas generaciones.

Usar y tirar, extraer sin reponer, el hombre por sobre la naturaleza, eran algunas de las consignas. Hoy, frente a los indiscutibles problemas que esa actitud ha ocasionado, se está ante un nuevo paradigma, el de la producción sostenible.

En efecto, existe la certidumbre de que si no se respetan los recursos la vida en la tierra se va a ver seriamente comprometida. En consecuencia, esta circunstancia ha llevado a la ciencia a indagar formas de producción amigables con el ambiente. Así, en esa búsqueda nace el concepto de economía circular, una expresión que se adapta de manera notable a lo expresado por Lavoisier.

La economía circular: una respuesta a la degradación ambiental

Un ecosistema es un sistema biológico en donde todos sus componentes interactúan, entre sí y con el medio que los rodea, y que mantiene un equilibrio. Todos dependen de todos, y forman parte de un flujo constante de materia y energía.

Si por algún motivo algún ese equilibrio se ve alterado, el sistema tiene que reacomodarse para volver a estabilizarse. Pero, si ese proceso no se detiene, el ecosistema ingresa en una etapa de degradación con consecuencias irreversibles.

Los modelos de producción lineal que han prevalecido hasta el presente, tenían esa lógica de funcionamiento. El carácter extractivo era el predominante y no había preocupación por la finitud de los recursos ni por los efectos negativos que eso supone. Y las consecuencias de tal actitud han sido verdaderamente preocupantes.

Ahora bien ¿Por qué al comienzo se hace referencia a los ecosistemas? Precisamente porque en ellos es donde se puede apreciar el funcionamiento circular de la naturaleza. Allí, los flujos no se detienen y todo lo que es producto de la desintegración vuelve a incorporarse al ciclo de energía y nutrientes.

Pero esa dinámica tiene una lógica de funcionamiento, existe un balance entre lo que sale y lo que entra, que es lo que permite mantener ese equilibrio. Y es el fuerte desbalance de los modelos de producción lineal, lo que ha provocado impactos ambientales y sociales tan significativos. En consecuencia, para lograr hacerlos sustentables es necesario modificarlos, intentando reproducir de alguna manera lo que ocurre en la naturaleza. Y a eso apunta la economía circular.

¿Qué es la economía circular?

La economía circular es un concepto que propone cambios sistémicos radicales en las condiciones de producción. A diferencia del modelo de producción lineal, en el que prima el aspecto económico, la economía circular es transversal a los aspectos económicos, ambientales y sociales. Entre sus atributos, se puede destacar que es un sistema que:

  • Tiende a un mínimo aprovechamiento de los recursos naturales
  • Plantea una mayor utilización de materiales biodegradables, de manera que pueden reincorporarse fácilmente al ciclo de la naturaleza
  • Promueve la innovación y la resiliencia a largo plazo
  • Procura una reutilización de los materiales y, si eso no es posible, reciclarlos a efectos de producir un menor impacto ambiental negativo
  • Es restaurativo y regenerativo, cuyo objetivo es mantener los productos en la economía por el mayor tiempo posible
  • Se lo toma como un modelo que impulsa la generación de crecimiento económico, la creación de empleo y la reducción de impactos ambientales

De lo anteriormente enumerado, se desprende que la aplicación de este sistema en reemplazo del modelo de producción lineal, conlleva singulares ventajas.

¿Cuáles son los beneficios de la economía circular?

Como se habrá podido apreciar, en el modelo de economía circular no importa solo el objetivo económico. Por consiguiente, son varios los efectos positivos que se consiguen. Por ejemplo:

  • Se producen sustanciales mejoras, tanto para las empresas como para el público consumidor. Para las empresas, porque la reutilización de materiales representa una significativa reducción de costos. Por añadidura, ese beneficio se traslada el público consumidor por los menores precios de venta
  • El medio ambiente se ve favorecido. Esto es así porque disminuye la utilización de recursos naturales, también lo hace la producción de residuos y el consumo de energía es menor
  • Se produce una reorientación productiva de los países, que les  permite obtener ventajas competitivas en un contexto de globalización
  • Es una actividad creadora de riqueza y empleo. Por citar un ejemplo, en España, la gestión de residuos ha generado miles de puestos de trabajo
  • Hace a las economías más eficientes en la utilización de los recursos, debiendo asegurar la reincorporación de los mismos al circuito productivo

Pero, para alcanzar estos beneficios, es preciso tener en cuenta sobre qué está asentado el funcionamiento de la economía circular. Esto lleva a definir otro tema.

¿Cuáles son los principios de la economía circular?

Para decir que se está frente a la aplicación de un modelo de economía circular, se requiere la sujeción a una serie de principios. Estos preceptos son los que rigen su funcionamiento y que es preciso señalar para su conocimiento.

  • La conversión del residuo en recurso. Si un recurso es biodegradable vuelve al circuito natural, de otro modo se lo reutiliza nuevamente como recurso
  • La vuelta al circuito económico. Es el caso de los productos que no son necesarios para los consumidores
  • La reutilización de algunos residuos o sus partes. Esto ocurre cuando todavía pueden servir para elaborar otros productos
  • La reparación de productos en malas condiciones. Esta acción permite encontrarles una segunda opción de uso
  • El reciclado. Significa el aprovechamiento de los materiales que se encuentran en los residuos
  • La valoración energética. Cuando los residuos no admiten reciclado, pueden servir para la generación de energía
  • La ecoconcepción. Tiene en cuenta los impactos que se producen desde el origen del ciclo de vida de los productos
  • La economía de la funcionalidad. Privilegia el uso de un bien frente a la posesión y el servicio
  • La ecología industrial y territorial. Se refiere a la optimización de la gestión de bienes, energía, servicios y materiales, con un modo de establecimiento de la industria en un mismo territorio
  • La utilización de energía proveniente de fuentes renovables, reemplazando así a la producida a partir de combustibles fósiles

Sin lugar a dudas, la economía circular plantea una serie de desafíos que precisa de acciones concretas para implementarla con éxito. Así es que en un contexto global sumamente sensibilizado frente a esta temática, son varias las iniciativas encaradas por diferentes gobiernos. Por ejemplo:

  • Finlandia, con su estrategia hacia la economía circular denominada, “Leading the cycle – Finnish road map to a circular economy 2016-2025”.
  • El Paquete de Economía Circular adoptado por la Comisión Europea en 2015, orientado a incluirla en todas las cadenas de valor.
  • El primer Foro Mundial de Economía Circular, desarrollado en Finlandia en 2017, que contó con la participación de más de 100 países.
  • Estrategias puntuales llevadas a cabo en diferentes ciudades, Londres, Vancouver, Helsinki y Río de Janeiro entre otros.
  • El proyecto Biovalor y otras estrategias y acciones llevadas a cabo por el gobierno Uruguayo.

En pocas palabras, la economía circular va en camino de convertirse en principio rector de todas las actividades humanas. Y bienvenido que así sea. De este modo la frase, “nada se pierde, todo se transforma”, será parte insoslayable de una nueva realidad.


Silvio Monteleone

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