En esta primera nota, quisiera desarrollar el tema desde la auto referencia, pero también, desglosando los términos para un mejor entender de lo que el título, nos quiere llevar a comprender.
La palabra Ambiente se origina del latín “ambien-ambientis” que significa que va por uno y otro lado, que engloba un entorno; que rodea. Se le llama ambiente al conjunto de elementos naturales como el aire, el agua o el suelo y sociales que hacen factible la vida en el planeta; en otras palabras es el entorno donde el ser humano se desenvuelve, desarrolla y prolonga su vida. Este entorno está constituido por seres biológicos y físicos como la fauna, los seres humanos y la flora, y ambos elementos naturales o biológicos están correlacionados para el buen funcionamiento de dicho ambiente.
Se llama Educación al proceso mediante el cual se afecta a una persona, estimulándola para que desarrolle sus capacidades cognitivas y físicas para poder integrarse plenamente en la sociedad que la rodea. Uno de los objetivos fundamentales de la educación es posibilitar el desarrollo y la realización de los individuos de manera integrada, en sus múltiples dimensiones, haciendo la apropiación de un legado cultural para su enriquecimiento a través del desarrollo de las capacidades propias, asegurando el acceso al conocimiento socialmente válido y la promoción de aprendizaje significativo.
Y cuando hablamos de Solidaridad, estamos hablando de uno de los valores humanos, más trascendentales, relacionados con el amor al próximo, al igual; con el compañerismo, con el salir de mi pequeño mundo de necesidades para mirar al otro para ayudarlo; con dar una mano o también los dos, en momentos especiales; con la convicción de dar sin recibir nada a cambio, lo cual trae una alegría y un sentimiento de satisfacción al alma.
Ahora, partiendo de estos tres términos, quisiera desarrollar la importancia de estos tres componentes, que se hallan presentes en la sociedad en la que vivimos.
Como expresé al inicio, quería ser auto referencial en algunas de las cosas que puedo observar. El cuidado del medio ambiente, de la biodiversidad, las leyes que la protegen, a nivel nacional y provincial, la actitudes del ser humano, son temas que lo podemos ver en los lugares donde habitamos y nos desarrollamos, en los diarios y noticieros, en los documentales o en charlas en las escuelas. Hoy, como humanidad nos enfrentamos ante el desafío de educar – formar una generación que tenga actitudes y conductas de preservación del medio que habitamos. Aquí entra el tercer elemento, que es la solidaridad, donde un grupo de la sociedad, ha podido cambiar el paradigma de vida, donde entiende que los recursos naturales no son tan renovables, como lo eran antes; desarrollando acciones, muchas veces incomprendidas por sus pares, tendientes al mejoramiento del mundo donde estamos, pensando que solo somos administradores de la creación, no dueños ni señores de la misma.
Es aquí donde la solidaridad debe basarse en pilares fundamentales, como la perseverancia, la empatía, el esfuerzo, el desarrollo de un carácter pro activo, la motivación, la educación, la ciudadanía responsable y un compromiso con el otro.
Nuestro planeta está dando señales de los efectos de la contaminación, del abuso del hombre en el uso de todos los recursos, más allá de su necesidad, la creciente cantidad de habitantes y la irresponsabilidad de los gobiernos, en la administración de los mismos. No son apocalípticos estos sondeos, son realidad que se observan diariamente en los estudios del mismo, pero que tiene también una contra cara de esta realidad, que intenta mitigar, redoblar esfuerzos para mejorar la calidad de vida en el Planeta Tierra, que nos alberga a todos.
En esto la Educación, tiene un papel importante y estelar, a la hora de desarrollar proyectos que permitan el uso de los recursos naturales o a través del reciclado, los cuales deben ser proyectos educativos, sociales y comunitarios, para que permitan tener un mayor efecto y concreción de logros, los cuales, en la sumativa, desarrollará efectos de mayor alcance.
Involucra el compromiso de todos los actores de la sociedad, entre los que se encuentran los gobiernos municipales, provinciales y nacionales; pero por sobre todo involucra a las instituciones intermedias y a los ciudadanos, con acciones directas, de los últimos, y con los cumplimientos de las leyes, por parte, de las autoridades.
En la provincia del Chaco, que ha sido devastada en el siglo pasado, con la tala de árboles, para abastecer con madera para los durmientes de los trenes del país, resulta imperioso, poder desarrollar trabajos que permitan la replantación de árboles autóctonos, de acuerdo a la región, generando un cambio en las poblaciones y en los campos donde se desarrolla la agricultura a gran escala. Aquí haremos un paréntesis, para preguntarnos, hasta cuando seguirán usando, de manera desmedida, los agroquímicos. Una pregunta sin contestar, pero de cierto es sabido que deterioran la tierra, los cursos de agua y la calidad de vida de los habitantes de los parajes, pueblos y ciudades.
Plantar árboles, cuidarlos, desarrollar tareas de mantenimiento y usar correctamente las técnicas de poda, debe ser el compromiso de cada integrante de las familias, de las instituciones educativas e intermedias y de gobierno.
En la Provincia en cuestión, existen organismos del Estado provincial y nacional, altamente capacitados, como lo son el Instituto de Investigaciones Forestales y Agropecuarias (IIFA Chaco) y el I.N.T.A., que cuenta con profesionales que están a disposición, para cubrir esta necesidad inmediata, indispensable y útil.
Hoy, en una sociedad globalizada, nos obliga a ver y pensar, no solamente en nuestro entorno, sino en el mundo entero, por lo que, cada proyecto para su mejoramiento, puede potenciarse a gran escala, utilizando cada uno de los medios de comunicación y el uso de las nuevas tecnologías.
Aquí es, donde las escuelas, se entremezclan con la solidaridad, para cuidar el ambiente, generando escuelas solidarias, que piensan y accionan, generando cambios significativos, por medio de la concientización, la capacitación y formación de las nuevas generaciones, y la plantación de árboles, arbustos y hierbas, que permitan que el “verde” se pueda empezar a observar, además de recibir sus beneficios.
Como ciudadanía, como instituciones, como gobierno, nos queda el desafío de generar políticas públicas ambientales, basados en los valores de la solidaridad y teniendo a la Educación, como el medio para instrumentarla.
Las leyes están escritas, los voluntarios se sumarán… Las acciones son necesarias. ¡¡¡El desafío nos demanda!!!
Yo lo hago, y vos. ¿Te animas a empezar?
- Ambiente, Educacióny Solidaridad - 13 de diciembre, 2018
Buenísimo la convicatoria; estamos atropellados por intereses materiales sin darnos cuenta cuanto daños hacemos al medio en el afan de cubrir tierras con sembrados, desbastando montes o cubriendo la tierra de fertilizantes, quimicos que destruyen. Felicitaciones, plantemos árboles.