Como dice el título de este artículo, en un momento de importantes acontecimientos para la constitución de nuestra historia como Nación, se escucharon un 25 de mayo de 1810 a las afueras del cabildo de Buenos Aires, gritos de ¡Libertad! ¡Soberanía! ¡INDEPENDENCIA! que resonaron por todo nuestro país y que más tarde contagiaron a toda Sudamérica. Estos gritos representaban la esperanza de un nuevo comienzo para todos, la formación de la República Argentina.
Pero esto no se dio de un día para el otro, para nada, en realidad se necesitaron varios procesos políticos y bélicos que ocurrieron del otro lado del “charco” y que afectaron severamente la situación política de España y, en consecuencia, termino por consolidar todo un movimiento revolucionario en el Rio de la Plata, que hizo que los habitantes de ésta tomaran conciencia de su propia identidad, de sus valores, recursos y posibilidades de ser algo más grande que una simple y llana colonia imperial. En éste momento se dio el primer grito de libertad, el primer paso para la revolución que se consolidaría posteriormente.
En este primer paso hubo personas que pudieron cambiar por completo la visión de los ciudadanos de ese momento, fueron quienes sacaron frutos de estos y empezaron a gestar las ideas de libertad, igualdad, seguridad y propiedad que, en el futuro, serían los cimientos para la conformación de una Nación totalmente independiente que acuse de tirano a quien se oponga a que, fuese donde fuese, el hombre no disfrutase de los derechos que Dios y la naturaleza le habían concedido.
Los hombres de los que hablo fueron los que conformaron la Primera Junta como gobierno patrio y los que la precedieron formando las distintas fórmulas de políticas gobierno. La mayoría pertenecían a grupos militares, como lo hacían Cornelio Saavedra y Miguel de Azcuénaga, y a grupos intelectuales, como Mariano Moreno, Manuel Belgrano y Juan José Castelli.
Éstas fueron las personas que prepararon el movimiento revolucionario y trabajaron para su patria como dijo Belgrano “poniendo voluntad, no incertidumbre; método, no desorden; disciplina no caos; constancia, no improvisación; firmeza, no blandura; magnanimidad, no condescendencia. Y tener solo un objetivo, el progreso de la patria siendo libre, no tratando de obtener las glorias, los honores, los empleos y los intereses personales satisfechos.”
Este sábado 25 de mayo de 2019, se cumplen 209 años desde ese momento decisivo que genero las bases de nuestro Estado, pero, por más que los años pasen y las problemáticas políticas, sociales, culturales y económicas sean diferentes a través de los siglos, no se dejan de necesitar hombres que tomen como suyos estos ideales, que personas como Manuel Belgrano llevaron consigo en cada decisión que tomaron en nombre de la patria y para el crecimiento de ésta.
Sé que probablemente todo suena muy patriótico, muy nacionalista pero la verdad, si me pongo a pensar, al mismo tiempo que escribo este artículo me pregunto ¿no será que necesitamos volver a estos ideales? ¿será que necesitamos representantes que apelen a éstos para el crecimiento de nuestro país? Por eso, este articulo lo escribo de esta manera, para que recuerden los ideales y sentimientos que tuvieron nuestros próceres y así en el futuro, cuando algunos de nosotros sean representantes de millones de personas, les nazca este sentimiento patriota para luchar y proteger los derechos que la Argentina se logró merecer.
Y como dijo una vez José de San Martin “divididos seremos esclavos, unidos estoy seguro de que los batiremos. Hagamos un esfuerzo de patriotismo, depongamos resentimientos particulares y concluyamos nuestra obra con honor” y con esta frase llamo a que dejemos de lado los resentimiento partidarios, intereses personales, egoísmos y empecemos a unirnos en un solo grito, patriota o no, pero que defienda los derechos, los mismos derechos que desde esa famosa semana de mayo se vienen gestando.
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