En la primera semana de septiembre Carla Vizzoti, Secretaria de Acceso a la Salud del Ministerio de Salud de la Nación, decía a los medios de comunicación que las provincias debían seguir el modelo de Chaco para controlar la pandemia porque habíamos logrado amesetar la curva de contagios. Hoy también el presidente nos pone de ejemplo. Hace días la ministra de Educación del Chaco dijo que se está preparando todo para volver a las clases presenciales este mes.
Decretaron un plan de desescalada, con zonas rojas y verdes donde se fueron autorizando diferentes actividades. En las últimas horas el gobernador, mediante Decreto, decidió volver a fase 1 con prohibición de circulación y toque sanitario de 21 a 7 hs.
Cuando comenzaba la pandemia, allá por el mes de marzo, tanto el gobierno nacional como provincial indicaban que el confinamiento social era una medida necesaria para aplanar la curva y aliviar al sistema de servicios de salud a fin de que no colapse. Y que durante ese lapso se iba a realizar una fuerte inversión en el sistema de salud pública.
Mes a mes nos vienen diciendo que el pico de contagios se desplazó y se debe continuar con el confinamiento. Pasaron más de 200 días de cuarentena durante los cuales todos hicimos un inmenso esfuerzo, sin embargo nada ha cambiado, el gobierno no realizó las inversiones en materia de salud, el caso del hospital Salvador Mazza de Villa Angela es un ejemplo de esa desidia, no tiene una unidad de terapia intensiva dejando a todo el sudoeste de la provincia sin una cama de UTI, sin respiradores, etc.
Durante toda la cuarentena se ha instalado una falsa discusión entre cuidar la economía o cuidar la salud. Cuando ambas deberían haber ido de la mano. Así como no se invirtió en salud, tampoco se tomaron medidas económicas que nos hagan salir de esta crisis en la que estamos envueltos.
Una crisis sanitaria, económica y social sin precedentes, con un dólar que no para de crecer, una economía estancada, en nuestra provincia los índices son alarmantes, 1 de cada 2 personas esta bajo la línea de pobreza, alto porcentaje de desempleo, el gran Resistencia con el índice más alto de pobreza e indigencia del todo el NEA, cientos de comercios y Pymes cerradas, la sequía que está azotando con fuerza al campo, profesionales independientes que no pueden trabajar en forma normal, etc.
La recesión económica seguirá produciendo daño a nuestra provincia, y no vemos un programa económico desde el gobierno provincial que reactive la economía, al contrario, vuelven las restricciones a las actividades consideradas no esenciales condición que profundizará aún mas la crisis. Van 8 meses de cuarentena y no avanzamos un paso, vamos retrocediendo cada vez más.
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