Tras la confirmación de la condena por parte de la Corte Suprema, Cristina Fernández de Kirchner habló frente a militantes y dirigentes en la sede nacional del Partido Justicialista, en un discurso encendido que mezcló denuncia política, memoria histórica y defensa de su legado.

“Pondremos el cuerpo”, afirmó, “porque los peronistas no nos profugamos como la derecha mafiosa”.

Cristina fue contundente al señalar que el fallo —que ratifica seis años de prisión y la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos— es parte de una avanzada del “poder económico concentrado” para proscribir a la principal figura del campo nacional y popular.

“A la motosierra de Milei se suma ahora el cepo al voto popular que impone el Partido Judicial”.

Rodeada de dirigentes como Axel Kicillof, Sergio Massa, Máximo Kirchner y Alicia Kirchner, la expresidenta denunció una operación de disciplinamiento institucional:

“Esta Corte no decide por sí misma. Son monigotes que responden a intereses muy superiores. No tropiezan dos veces con la misma piedra: saben que somos los únicos capaces de reconstruir cuando esto se derrumbe”.

También reivindicó los logros de los gobiernos kirchneristas, haciendo memoria de los salarios altos, la repatriación de científicos y la expansión del sistema universitario.

“Ese gobierno logró que cada pibe tenga una universidad cerca de su casa. Que se pudiera ahorrar, llegar a fin de mes. Que la ciencia fuera política de Estado”.

Cristina apeló a la paradoja histórica:

“Los que trajeron al FMI, los del megacanje, los del helicóptero con muertos, están libres. Yo, elegida dos veces presidenta, termino presa. Eso es un certificado de dignidad política”.

Y cerró con un mensaje desafiante hacia la oposición:

“Mientras los Sturzenegger, los Caputo y los Macri caminan sin que nadie les reclame nada, nosotros ponemos el cuerpo. Porque los peronistas no nos fugamos. Eso lo hace la derecha mafiosa”.